Fue en 1942 cuando por primera vez se abordó el tema de construir un metro para Bogotá. Era alcalde Carlos Sanz de Santamaría y lo proyectaba subterráneo. Ese primer intento terminó con la creación del servicio del trolley.
Este fin de semana 74 años después Bogotá parece enrutarse definitivamente a la construcción de un metro elevado que haría su primer viaje en el 2022 entre el Portal de las Américas con terminación de su ruta en la primera línea en la Avenida Caracas con calle 72.
Gran paradoja. Un metro por la Caracas ya lo había planteado 69 años atrás el alcalde Fernando Mazuera Villegas cuya construcción proponía por el sistema de concesión. Pero otra paradoja. Fue Mazuera Vullegas quien terminó con el sistema del trolley, pavimentó sus rieles y adoptó en cambio un sistema de transporte de buses a gasolina.
Hoy los detractores del metro que quiere construir Peñalosa aseguran que no cuenta con estudios. Si , estudios que sobran en anaqueles de diversos intentos de construir esta obra para la ciudad. En realidad fue en 1954 cuando se habló por primera vez de estudios para el metro y fue en la alcaldía de Andrés Rodríguez. Para ello se pretendía acudir a una firma alemanda. Nunca pasó de ser un anuncio como el que posteriormente hizo el General Gustavo Rojas Pinilla quien llegó a hablar también del metro pero asociado con una firma japonesa. Cuenta la historia que de no ser por el golpe de estado Bogotá ya tendría metro.
A Peñalosa hoy le controvierten, y parece que no con poca razón, que desconoce la importancia de lo que los especialistas llaman la multimodalidad del transporte. Lo acusan de privilegiar el Transmilenio por ser la obra que lleva su firma en la ciudad. Le endilgan acciones dilatorias para dar curso al metro. Esto último parece que se les terminará como crítica de lograr el alcalde hacer realidad lo que se anunció en fin de semana. La inminencia de una licitación, la adjudicación de la obra y su puesta en marcha con recursos ya garantizados del gobierno nacional y los recursos de la ciudad.
Echando atrás en la historia 1986 fue el año en que el alcalde Hernando Durán Dussan garantizó que entregaría la primera línea del metro a un costo de 797 millones de dólares de la época. Su propuesta contemplaba troncales pata transporte colectivo. Intento fallido.
El actual gobierno de Juan Manuel Santos ha apoyado la obra del metro no tan decididamente en el anterior gobierno distrital de Gustavo Petro cuando, dicen los petristas, dilató intencionalmente el proceso en su obligado paso por el Conpes, cosa que se aceleró al asumir la alcaldía Enrique Peñalosa y que permitió que un cheque que representa los 9.6 billones que aportará el gobierno nacional para la primera línea del metro pasara de su condición de cheque chimbo a cheque real, como lo expresó el propio ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
Y es que el hecho de que del metro de que se habla sea para la capital se ha convertido en atractivo electoral y político para gobiernos nacionales excepto, como cuentan antecedentes de esta obra, en la administración de Belisario Betancur que decidió privilegiar la construcción del metro para Medellín.
En el gobierno de Virgilio Barco ya no era una firma alemana ni japonesa a las que se pretendía acudir para la construcción de la obra se hablaba de una firma italiana. Tampoco ocurrió.
En 1990 durante la alcaldía de Juan Martin Caicedo se llegó incluso a presentar y festejar otros estudios del metro que nunca se hicieron reales.
El metro que presentaron en sociedad el fin de semana Santos y Peñalosa irá por la icónica Avenida Caracas por la que ya corre desde tiempos de la primera administración de Peñalosa el sistema Transmilenio, hecho que citan los detractores de la obra como la concibe el alcalde, de ilógica ya que es destinar un mismo corredor para dos sistemas uno en superficie el Transmilenio y otro en altura el metro.
El alcalde responde que “La Caracas tiene más posibilidades de redesarrollo urbano que la Carrera Décima y es mucho más ancha que la carrera 11. La complementariedad con Transmilenio será muy útil para que los ciudadanos se puedan movilizar más lejos”.
Lo cierto es que a pesar de que ya se ha dicho antes con algo de sano optimismo esta vez parece que Bogotá está como nunca antes cerca de ver la realidad de un metro que en alcaldías como de la de Jaime Castro y Antanas Mockus también se intentó pero fue tiempo que se fue en más estudios y discusiones políticas que echaron al traste con la obra.
En la fallida alcaldía de Samuel Moreno se llegó a presentar un video que recreaba un metro para la ciudad pero de todos es conocido el final anticipado de esa administración envuelta en el más grande escándalo de corrupción.
74 años después que se hablara por primera vez del metro, luego de 40 millones de dólares que se han invertido en estudios para esta obra, Peñalosa lo tiene todo para pasar a la historia como el gobernante que podría dejarlo todo en marcha para que sea el próximo alcalde el que inaugure el primer recorrido del metro en el 2022.