El peligro latente y permanente de los buses del SITP

Pareciera que es llover sobre mojado cuando registramos la preocupación, cada día más grande, del estado de inseguridad en que se transportan los pasajeros, usuarios del SITP.

Un concejal de Bogotá, José David Castellanos le metió diente al tema y encontró que anualmente se registran 2.500 accidentes con buses de ese sistema. Desde que empezó a funcionar el SITP en el año 2012 hasta la fecha se han registrado 12.288 accidentes. Nada más el año pasado fueron 2.500 con saldo de 31 personas muertas.

Para nadie es un secreto que una gran mayoría de quienes conducen estos buses provienen del esquema anterior de servicio público y en buena medida replican sus malas prácticas al manejar: Exceso de velocidad, maniobras arriesgadas lo que resulta inexplicable por cuento su ingreso no depende ya del número de pasajeros que transportan.

Es decir brilló por su ausencia y subsiste la falta de una capacitación real de los conductores para que asuman esta nueva realidad de transporte público en la ciudad.

El SITP igualmente nació de pie cuando muchos de los automotores del antiguo servicio, fueron habilitados para el nuevo sistema. Es así como no es extraño observar aún las conocidas antiguamente como busetas, transitando por las calles en mal estado, desvencijadas y con serios problemas mecánicos que se evidencian en los permanentes accidentes que protagonizan.

A lo reseñado sumemos el grado de inseguridad dentro de los buses que enfrentan los pasajeros. El concejal Castellanos precisa que el año pasado en el SITP fueron denunciados 108 delitos, los denunciados, porque otros muchos que ocurrieron nunca se conocieron por falta de esas denuncias.

Un fenómeno adicional y muy grave y al que no se la ha puesto atención es la reciente denuncia del Sindicato de Trabajadores del SITP en el sentido de que habría una mafia que estaría poniendo a circular buses en el sistema que ya deberían estar chatarrizados.

El modus operandi es sencillo: Les cambian el nombre, la empresa y los ponen nuevamente en las calles.

Transmilenio dice que la vida útil de estos vehículos es de 12 años. Resulta muy fácil advertir que hay buses que superan esos años y siguen circulando por la ciudad.

La mafia podría ser mucho más grande que lo que se denuncia para que esto siga ocurriendo.

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