Los episodios repetidos de atracos a buses del SITP

A riesgo de ser monotemáticos debemos volver hoy sobre la situación de inseguridad que enfrentan quienes se transportan en buses del SITP, con los permanentes atracos de que son víctimas.

Anoche otra vez dos vehículos que prestan este servicio fueron abordados por delincuentes que se llevaron pertenencias de sus pasajeros. Y ocurren estos hechos el mismo día en que se había realizado un Consejo de Seguridad en la Alcaldía, cuyo tema central fue la inseguridad imperante en el transporte público de la ciudad.

Reclamamos ayer operativos continuos derivados de labores de inteligencia también permanentes que garanticen la reacción frente a los asaltos y en otra dimensión la prevención frente a estos hechos. El Consejo de Seguridad apostó por ofrecimiento de recompensas hasta de 10 millones de pesos para quienes con su información faciliten la captura y desmantelamiento de las bandas que centran su accionar en los buses del SITP.

El alcalde Peñalosa ordenó también que se destine un grupo de agentes vestidos de civil para que refuerce la presencia policial dentro de los buses, como otra estrategia que busque neutralizar la comisión de estos asaltos.

Las dos iniciativas son bien intencionadas y sin duda ayudarán a enfrentar este fenómeno de inseguridad pero como ocurre cuando se trata de neutralizar este tipo de hechos, serán insuficientes si no cambia el paradigma de la ciudadanía de abstenerse de denunciar cuando es víctima de estos asaltos y si no se fraterniza la relación de esa ciudadanía con la policía.

A todo lo anterior sumémosle la urgencia de castigos ejemplares y visibles ante los ciudadanos contra los capturados y sorprendidos en flagrancia en estos atracos masivos.

La ciudad, sus autoridades están enfrentadas a un colectivo de delincuentes que desafían con sus acciones y apuestan por no ser aprehendidos, pero en peor de los casos si lo son, saber que de no mediar denuncias concretas, muy pronto estarán  de nuevo en la calle cometiendo sus fechorías.

Dos elementos en los buses del SITP no debían faltar como parte de su equipamiento para ayudar a garantizar la seguridad de sus usuarios. El famoso botón de pánico que debiera ser secreto y de único conocimiento de los conductores para facilitar su operatividad en caso de asalto y la obligación de dotarlos con una cámara que en dado caso, facilite la identificación de los atracadores.

Es hora de resultados concretos en la acción contra los delincuentes más allá de anuncios y denominaciones de operativos o plan guitarra, mochila o  candado que pareciera ya no generan ningún temor entre los atracadores en buses del SITP.

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