Por: Carlos A. Alvarez S.
Lo que se anunció como un paso importante para garantizar refrigerios oportunos y de buena calidad en los colegios públicos de Bogotá, pareciera enfrentar tropiezos. Y decir tropiezos en este tema es evidenciar el riesgo de poner en peligro la salud y nutrición de niños y niñas que asisten a las instituciones educativas.
Por un lado desde el Concejo son varios los cabildantes que muestran reservas frente al proceso reciente de contratación y su resultado efectivo en la entrega de las raciones alimenticias para los alumnos.
La Concejal Angela Garzón denunció recientemente que existen falencias por parte de los nuevos operadores al entregar los refrigerios y puso en duda la efectividad del modelo de contratar por separado a proveedores y ensambladores de refrigerios escolares.
Recordó que ese esquema se intentó adoptar en el ICBF y no resultó. Evidenció que esa dualidad facilita que unos y otros se culpen mutuamente cuando hay problemas en la entrega oportuna de los refrigerios, la responsabilidad se diluye y quienes terminan perjudicados son los niños que, o no reciben los refrigerios, o los reciben en mal estado.
La Secretaría de Educación sostiene que el nuevo modelo de contratación permite mayor pluralidad de oferentes, promoción de la competencia, eliminación de los costos de transacción, generación de economías de escala y eficiencia en el proceso de contracción, manteniendo las condiciones de calidad e inocuidad y respetando los estándares del Ministerio de Educación Nacional y del ICBF.
Sin embargo el concejal Antonio Sanguino de Alianza Verde denunció que la implementación del nuevo modelo de contratación del Programa de Alimentación Escolar-PAE, trajo consigo demoras en la carga y entrega de los productos, lo que pone en riesgo la cadena de frío de los alimentos, problemas en el despacho de los vehículos, desorganización en la entrega de los refrigerios e incumplimiento de los horarios de entrega a los colegios. Aseguró que la fruta fue uno de los elementos que brilló por su ausencia en muchos de los refrigerios y que no se ha acondicionado el cuarto frío en algunos colegios para hermetizar la temperatura de los productos antes del consumo.
La Secretaría de Educación reconoció que el cambio de modelo de contratación no es fácil y que por se realizó una reunión con todos los rectores de colegios públicos de Bogotá para informarles sobre los cambios que se presentarían a partir del mes de abril de 2017, frente a los tipos de complementos en los refrigerios y la puesta en marcha del nuevo modelo de contratación del PAE.
Lo cierto es que a partir del 17 de abril se inició la entrega de refrigerios bajo el nuevo esquema de contratación, previo a la gestión de compra de alimentos que conforman los 39 menús de refrigerios escolares, órdenes de compra de logística y coordinación de entrega de los alimentos en las 6 plantas de ensamble, y los ajustes en los horarios de entrega y tipo de refrigerios a entregar.
Como el tema no es menor ese mismo día y el siguiente, la Concejal Garzón decidió con su grupo de trabajo, ir al Colegio José Joaquín Casas Sede B en la localidad de Puente Aranda y pudo comprobar que el operador nunca llegó con los refrigerios y el día siguiente, martes 18, no fueron entregados como debe ser es decir ensamblados dentro de una bolsa plástica transparente para entregar a cada niño, sino en canastillas con los productos todos mezclados.
El Concejal Sanguino puso en duda el proceso de licitación del componente de logística que terminó con 20 segmentos o territorios en Bogotá sin oferentes. Aseguró que ante esta situación la Secretaría de Educación optó por contratar de forma directa a la Agencia Logística de las Fuerzas Militares de Colombia, que a su vez contrató a la Empresa Multimodal Express SAS., un hecho que Sanguino calificó a todas luces improvisado.
Más aún la Concejal Angela Garzón llamó la atención de cómo la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, encargada del ensamblaje del 70% de los refrigerios, manifestó que han fallado porque los proveedores etiquetan y envían mal los productos, mientras los proveedores argumentan que los entregaron en buen estado y tal como se los habían requerido.
El modelo no puede echarse atrás, hay contratos firmados por lo que en el mediano plazo lo que se exige desde el Concejo para garantizar la seguridad alimentaria de los niños, es que quienes actúan como interventores de estas contrataciones desempeñen su papel con responsabilidad y eficiencia y exijan el cumplimiento en la entrega oportuna de los refrigerios y con los estándares de calidad que, asegura la Secretaría de Educación, quedaron explícitos en los contratos.