El debate sobre la seguridad en la capital dio un giro inesperado luego de las declaraciones de Claudia López en el sentido de que hay venezolanos que están haciendo ver la vida a cuadritos a los bogotanos.
A pesar de previamente decir que con eso no quería estigmatizar a los venezolanos, no tardaron voces desde diversos sectores de rechazar las expresiones de la alcaldesa y calificarlas de irresponsables y discriminatorias.
Pero con el pasar de las horas comenzaron a evidenciarse también manifestaciones de apoyo a la alcaldesa frente a su reclamo de deportar a quienes cometen delitos en Colombia como lo establece la ley colombiana.
Específicamente en su cuenta de Twitter la mandataria distrital escribió: “La Ley colombiana prevé la deportación de quienes cometen delitos en Colombia. Esa Ley no es xenófoba, es lógica. Pedir que se aplique tampoco es xenofobia, es usar herramientas legales que tenemos para garantizar seguridad, convivencia y justicia a todos”.
Parte de los críticos de la alcaldesa frente a su postura respecto a los que se debe hacer con venezolanos que se dediquen a delinquir, consideraron que era una manera de desviar la gravedad de la situación de seguridad, orientando el debate al rol de los venezolanos en hechos delincuenciales.
El presidente del Concejo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, fue uno de los primeros en apartarse de la posición de la alcaldesa y dijo que “Las declaraciones de la alcaldesa sobre los venezolanos no solo evidencian xenofobia sino que desvían el debate sobre la grave situación de seguridad que vive Bogotá y son una forma de evadir la responsabilidad del gobierno distrital”.
Desde el congreso, la representante a la Cámara por Bogotá del Partido Verde, Katherine Miranda fue mucho más fuerte en su pronunciamiento y sin nombrar a la alcaldesa reaccionó: “Se equivocan quienes señalan y estigmatizan a los ciudadanos venezolanos. ¡El crimen y la violencia no llegó con ellos, no sean miopes! ¡Insistir en esa idea no sólo es xenofobia sino ridícula y no deja mirar el problema real”.
Incluso la entidad encargada de la deportación, Migración Colombia, se fue lanza en ristre contra la alcaldesa. En declaraciones a diversos medios el director de esa dependencia, Juan Francisco Espinosa, afirmó que “La deportación o expulsión tienen un trámite, un debido proceso en el marco de nuestra Constitución para determinar responsabilidad y termina en esa finalidad. No podemos permitir que la violación penal en Colombia se vea premiada por una deportación a su país de origen”.
Agregó Espinosa que el 96 % de los delitos los cometen los colombianos y el 4 % lo cometen extranjeros en su mayoría venezolanos y cifró en 1.500 los venezolanos que están actualmente recluidos en cárceles colombianas.
En la discusión terciaron quienes no entraron a descalificar a la alcaldesa por sus declaraciones, tampoco le expresaron su apoyo, pero no dejan de reconocer que es necesario evidenciar la crisis migratoria que enfrenta la capital y el país y que llegó el momento, sin acudir a decir que es xenofobia o estigmatización, de reconocer que la crisis migratoria está fuera de control.
En Twitter algunos venezolanos reconocen que muchos de sus compatriotas terminan en la delincuencia, sobre todo en las estaciones de Transmilenio. @PaezSonya, quien se identificó como venezolana en esa red social indicó que se montan a pedir y esos mismos luego te roban. Es muy doloroso reconocerlo, agregó.
En el debate se escucharon planteamientos como “hay muchas bandas criminales en Bogotá conformadas por inmigrantes venezolanos. ¿Entonces no podemos decir la verdad por miedo a «estigmatizar»?
Desde el Concejo de Bogotá, Carlos Carrillo, reconocido crítico de la alcaldesa, rechazó las declaraciones de la mandataria y en su cuenta de Twitter expresó: “alcaldesa: Usted les debe una disculpa a los hermanos venezolanos que viven en Colombia y le aportan cada día a este país. Una nacionalidad no tiene relación alguna con el crimen, en todos los países del mundo nacen individuos con conductas criminales.
Lo cierto es que la alcaldesa con su declaración evidenció la inobjetable existencia de un sector de los bogotanos que identifican parte de las razones de la creciente inseguridad a venezolanos que individual o colectivamente protagonizan acciones contra la integridad de los bogotanos con casos en los que incluso terminan con la vida de sus víctimas.
Pero también es representativo el colectivo que considera que generalizar el comportamiento de unos venezolanos, frente a la decisión de muchos otros de plantearse un proyecto de vida lejos de su país a través del trabajo sí es estigmatizarlos por su condición de inmigrantes.