Ante la posibilidad de levantar el racionamiento de agua en Bogotá y la región, la CAR Cundinamarca advirtió que esta medida no es conveniente en este momento.
De acuerdo con el director de la entidad, Alfred Ballesteros, es necesario actuar con prudencia al fijar plazos para el levantamiento del racionamiento, ya que los embalses aún no han logrado una recuperación suficiente para atender la demanda. De hecho, en su mayoría mantienen una curva descendente.
Aunque las lluvias de los últimos días han generado una leve mejora en el nivel de los sistemas de regulación del centro del país, se siguen registrando descargas en la cuenca alta del río Bogotá de 7,5 metros cúbicos por segundo. Esto afecta embalses como El Sisga, que actualmente se encuentra en un 58 % de su capacidad y con tendencia a la baja, y Tominé, que está al 40 %.
Esta situación es preocupante, ya que Tominé tarda más de tres años en llenarse.
“Es conveniente esperar a que se consolide realmente la primera temporada de lluvias en abril, y solo cuando los embalses superen el 50 % de su capacidad se podría revisar la medida de racionamiento”, explicó Ballesteros.
El funcionario enfatizó que, aunque ha llovido intensamente en Bogotá, no ha ocurrido lo mismo en las microcuencas que abastecen los embalses. Además, se continúan extrayendo cerca de 17 metros cúbicos de agua por segundo, lo que equivale a aproximadamente un millón y medio de metros cúbicos diarios.
“No basta con que llueva en la ciudad. Si no llueve lo suficiente para almacenar al menos un millón y medio de metros cúbicos diarios, no estamos compensando lo que extraemos de los embalses. Por eso, la tendencia sigue siendo descendente, a pesar de que en Bogotá y la Sabana veamos calles inundadas”, agregó Ballesteros.
La CAR hizo un llamado a las autoridades, empresas de servicios públicos y a la comunidad en general para enfocarse en soluciones estructurales.
“El desabastecimiento hídrico no se resolverá solo con dos meses de lluvia o con un leve aumento en los niveles de los embalses. Debemos comprender que enfrentamos una nueva realidad derivada del cambio climático y que es fundamental articular esfuerzos para construir soluciones a mediano y largo plazo”, concluyó Ballesteros.