Luego de la muerte de un niño de cinco años, tras caer a una alcantarilla en la localidad de Kennedy, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá respondió que la tapa había sido hurtada para disponer basuras en el interior de la alcantarilla, por lo que no hubo protección para evitar la tragedia.
Según el gerente de la entidad, Noel Valencia, este tipo de alcantarillas son de interceptores con más de siete metros de profundidad, en el que se realizan actividades de mantenimiento, por el paso de residuos que crea un efecto sifón para llevar el agua más rápido.
“No era una tapa normal, es un interceptor, retiran la tapa para botar basuras, pero como aquí pasa tanto caudal hace un efecto sifón, cada vez que ponemos la tapa, la retiran”, afirmó Valencia.
Por su parte, la directora del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, Paula Henao respondió que sobre la una de la tarde del lunes se reportó la caída del menor, y su llegada al sitio de la emergencia se produjo 12 minutos después.
Sin embargo, las labores de rescate fueron complejas, debido a que hubo alteraciones del orden público, por lo que tuvo que intervenir la Policía.
A pesar de la situación al final de la tarde fue encontrado el menor para ser trasladado a Medicina Legal, y la tapa fue colocada en su lugar en la mañana de este martes.
Desde el Distrito se ayudará a la familia del menor con servicios funerarios, ya que la familia no cuenta con los recursos para realizar sus exequias, mientras que se realizará apoyo psicológico a los abuelos del menor.