Durante una alocución presidencial en el embalse de Chuza, el presidente Gustavo Petro advirtió sobre los riesgos de desabastecimiento de agua debido a los meses de sequía que se avecinan en el país, señalando que el embalse de Chuza, clave para el suministro de agua en Bogotá, podría verse afectado.
Aunque el mandatario no mencionó directamente al alcalde Carlos Fernando Galán ni las disputas que los han distanciado, gran parte de su discurso puede vincularse a la coyuntura actual del Distrito.
Petro criticó nuevamente las medidas de racionamiento de agua adoptadas en la capital, afirmando que la solución no radica en limitar el consumo del líquido, sino en garantizar su disponibilidad. “No se trata de racionar el agua, se trata de aumentar el agua”, expresó.
Para lograr ese objetivo, el presidente enfatizó la importancia de preservar las fuentes hídricas existentes y propuso dos frentes de acción prioritarios: frenar la expansión urbana en Bogotá y la sabana, y proteger el río Bogotá.
“Se necesita una política hacia la selva amazónica y otra dirigida a detener el crecimiento urbanístico y mejorar las condiciones del río Bogotá”, señaló el mandatario.
Estas declaraciones parecen apuntar al proyecto urbanístico Lagos de Torca, una de las iniciativas de expansión más ambiciosas de la ciudad, que ha sido objeto de controversia entre el Gobierno Nacional y las últimas administraciones distritales.
Petro finalizó su discurso con un llamado a la unidad: “Bogotá, la Sabana y los Llanos deben unirse en la protección del agua”, destacando la necesidad de esfuerzos conjuntos para garantizar este recurso vital.