La crítica situación de los embalses que surten de agua a Bogotá obligó al alcalde Carlos Fernando Galán a iniciar un racionamiento del líquido en diferentes sectores de la capital.
Según el mandatario, el nivel del Embalse del Chuza es del 15.41%, representando el índice más crítico desde 1984, y las predicciones indican que el próximo año la situación podría ser aún más compleja.
A pesar de las campañas de ahorro de agua, implementadas durante el Fenómeno del Niño, la situación no ha mejorado lo suficiente, por lo que se hace necesario cambiar el comportamiento en el consumo de agua por parte de los bogotanos.
Se espera lograr un ahorro de dos metros cúbicos por segundo, por lo que se implementarán restricciones en nueve zonas diferentes, una por día, con el fin de reducir el consumo del líquido.
El alcalde instó a los ciudadanos a suspender actividades como el lavado de fachadas y a reducir el consumo en hogares y sectores privados, para evitar el desperdicio de agua durante las siguientes semanas.