El Distrito anunció que evaluará durante la próxima semana el comportamiento del consumo de agua y del abastecimiento del sistema Chingaza, antes de decidir si la ciudad volverá al racionamiento diario que comenzó en abril, pero que se flexibilizó en julio debido a una ligera temporada de lluvias que no se prolongó con la intensidad esperada.
«Les adelanto desde ya que, si para el 21 de septiembre la situación no mejora, tendremos que imponer una restricción mayor. Evaluaremos la medición y, si las proyecciones indican que es necesario, podríamos intensificar el racionamiento para el siguiente ciclo, es decir, el 28 de septiembre», confirmó el alcalde Carlos Fernando Galán.
De acuerdo con el mandatario, las decisiones sobre el racionamiento se basarán en varios factores, incluyendo el promedio de consumo de agua en la ciudad, los niveles del sistema Chingaza y las proyecciones para los próximos meses.
Otras de las medidas que el Distrito consideraría para evitar un desabastecimiento de agua son las campañas pedagógicas para reducir el despilfarro en los hogares y los lugares de trabajo.
Por otro lado, el Gobierno, a través de la Comisión Reguladora de Agua, tiene listo un decreto para disminuir el consumo en las zonas que se benefician del agua proveniente de los ríos que se originan en la Orinoquía y la Amazonía.
Para los estratos 1 al 4, el consumo máximo mensual deberá ser de 12 m³, mientras que para los estratos 5 y 6 será de 9 m³.
En Bogotá, se implementará un incremento en las tarifas del agua para desincentivar el consumo excesivo. Los hogares que superen el límite de consumo establecido enfrentarán un cargo adicional por cada metro cúbico de agua utilizado en exceso.
El mandatario reiteró que es necesario ampliar la capacidad del sistema de suministro de agua, lo que incluye el uso de recursos del río Bogotá y otros embalses como el de Neusa.
Según los pronósticos, se espera una temporada de sequía entre diciembre y marzo, lo que podría agravar la situación de desabastecimiento del líquido.