El concejal Horacio José Serpa reveló el incremento de muertes de niños menores de cinco años por infecciones respiratorias agudas.
Hasta la primera semana de noviembre ya eran 96 los menores fallecidos por el alto nivel de contaminación atmosférica de la ciudad, ocasionado en gran medida por las emisiones y las concentraciones de Material Particulado.
Parte de esa contaminación del aire procede de los buses chimenea que circulan inmisericordemente por las calles bogotanas, lanzado estelas criminales de humo hacia la atmósfera.
Pues bien. Casi que como respondiendo a esta preocupante realidad, la Secretaría de Ambiente nos dijo hoy que sí realizan operativos para detectar los buses chimenea pero se llega al colmo, que los conductores en una solidaridad mal entendida, se avisan de los controles para evadirlos.
Oscar Ducuara, Subdirector de Calidad de Aire, Auditiva y Visual de la Secretaría de Ambiente asegura que mantienen 14 puestos de control permanentes en la ciudad para detectar vehículos, que con el monóxido de carbono que expelen por su exhosto, atentan contra la salud de los bogotanos.
Sin embargo eso no es suficiente. Por eso acude a la veeduría ciudadana, como un acto responsable de los habitantes con la ciudad, para ser denunciantes permanentes de los buses y en general automotores chimenea.
Para el inmediato futuro se anuncian vehículos móviles adscritos a la Secretaría de Ambiente que perseguirán a los buses por las principales vías de la ciudad, lo que permitirá aplicar sanciones cada vez más contundentes con los que no cumplen con los requisitos técnicos.
Este año se han revisado 50.938 vehículos 46.255 aprobaron los requerimientos ambientales, es decir 4.683 han sido rechazados por no cumplir la norma.
Volviendo al comienzo, el reto es mayúsculo para evitar más muertes por contaminación atmosférica en la ciudad, si tenemos en cuenta que según la Organización Mundial de la Salud, la calidad del aire en Bogotá está por debajo de los mínimos requeridos.