En medio de la crisis por el desabastecimiento de agua en la capital, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca propuso usar el agua que se encuentra en el subsuelo como una solución para abastecer la región durante los próximos años.
De acuerdo con su director, Alfred Ballesteros, con solo el 10 % de las aguas subterráneas disponibles, equivalentes a 7.700 millones de metros cúbicos, se podría asegurar el abastecimiento de líquido para los próximos cien años.
La cifra de agua corresponde al diez por ciento de lo que almacenan las formaciones geológicas por debajo de los mil metros de profundidad y, según los estudios realizados, alcanzaría para atender ampliamente la demanda de agua sin poner en riesgo los suelos y ecosistemas circundantes.
Este volumen es siete veces mayor que lo que actualmente almacenan los embalses del agregado Norte (Neusa, Tominé y Sisga).
La capacidad de los embalses, que supera los mil millones de metros cúbicos, ha disminuido significativamente debido a la falta de lluvias, lo que pone en riesgo el suministro para la Sabana de Bogotá.
Por esta razón, la propuesta de la autoridad ambiental contempla la instalación de una red de pozos subterráneos que podría estar operativa en un plazo de entre 8 y 12 meses, siendo autosostenibles al utilizar energía solar para su funcionamiento.
“La solución de utilizar aguas subterráneas tardaría menos de un año en implementarse, permitiendo aliviar la crisis de manera rápida y efectiva”, afirmó Ballesteros.
La entidad está dispuesta a trabajar con las empresas de servicios públicos que quieran acoger esta alternativa para garantizar el abastecimiento del líquido vital.