En la noche del martes, el presidente Gustavo Petro anunció que decretará una emergencia económica y sanitaria en el país debido al brote de fiebre amarilla. Según el mandatario, la enfermedad está siendo propagada por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, y cuya distribución geográfica se ha ampliado a causa del cambio climático.
Petro aseguró que el aumento de las temperaturas ha permitido que esta especie alcance zonas montañosas y urbanas que antes eran inaccesibles, incluyendo a Bogotá.
“El calor en aumento de la atmósfera ahora hace que el mosquito suba las montañas, pase los páramos y puede penetrar en las ciudades, incluida Bogotá”, afirmó el presidente.
Durante su intervención, también criticó la gestión del Distrito frente al brote, señalando que la ciudad no ha querido configurar los equipos básicos de salud necesarios para una vacunación rápida.
“Colombia estaba cerca de cumplir con los indicadores de prevención de la enfermedad, a excepción de la capital del país”, añadió.
Respuesta del Distrito
A través de su cuenta en X, el subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández, desmintió las afirmaciones del presidente, asegurando que en Bogotá no hay transmisión endémica de fiebre amarilla y compartió cifras actualizadas de vacunación.
“Los casos en Bogotá no generan contagios secundarios porque en la ciudad no hay transmisión vectorial de esta enfermedad”, afirmó Fernández, explicando que la altura y temperatura de la capital no permiten la propagación del virus de manera natural.
Las autoridades locales también señalaron que Bogotá mantiene su compromiso con la vacunación. Solo en 2025, cerca de 19.000 personas han sido vacunadas contra la fiebre amarilla en la ciudad, de las cuales 16.000 lo fueron en el mes de abril.
Tanto Fernández como el alcalde Carlos Fernando Galán invitaron al presidente Petro a ser más riguroso con sus afirmaciones y a no dejar de lado el respaldo científico.
En respuesta, el presidente reiteró que nunca afirmó que haya transmisión activa en Bogotá, pero advirtió que sí existe un riesgo, debido al constante tránsito de personas entre la capital y zonas con brotes activos, como Melgar.
“No he dicho que en Bogotá hay transmisión de fiebre amarilla, pero la puede haber por el viaje de bogotanos a zonas de riesgo. Si el mosquito se comportara como antes, no habría infección en las zonas cafeteras. Pero hoy la hay, porque la temperatura promedio aumentó por efecto de los gases de efecto invernadero”, señaló Petro.
El presidente también advirtió sobre la posibilidad de que mosquitos portadores del virus viajen en vehículos, ante el tráfico frecuente entre zonas como Melgar y Bogotá.
Pese a las diferencias en los enfoques, tanto el Gobierno nacional como el Distrital coinciden en la importancia de mantener activa la vacunación, especialmente en una ciudad como Bogotá que actúa como punto de tránsito en temporadas vacacionales y frente al flujo constante de población migrante.