El anuncio del ministro de transporte, Guillermo Reyes de condicionar la construcción de varias obras de movilidad en caso de no realizar el tramo subterráneo de la Primera Línea del Metro, generó diversas reacciones en el Concejo de Bogotá.
Los que están con Claudia López
32 concejales en cabeza del presidente de la corporación, Edward Arias radicaron una carta al mandatario nacional Gustavo Petro, para que reconsidere su decisión de modificar el contrato que se está ejecutando en la construcción de la Primera Línea del Metro de Bogotá, una decisión que podría traer grandes líos jurídicos a la ciudad.
Por su parte, la concejal María Fernanda Rojas abogó por un diálogo entre la nación y el Distrito frente a la Primera Línea del Metro. Afirmó que Bogotá no se puede dar el lujo de que peleas entre políticos la condenen a seguir en el atraso de la infraestructura.
Martín Rivera de Alianza Verde calificó como mezquino y chantajista el mensaje del mandatario nacional al condicionar los proyectos de movilidad que necesita la ciudad.
María Clara Name aseguró que no solo está en riesgo la Primera Línea del Metro, sino que otras obras podrían verse perjudicadas que ascienden a los 65 billones de pesos.
Emel Rojas de Colombia Justa Libres pidió al contralor general, Carlos Hernán Rodríguez intervenir de forma urgente frente a dicha situación, que generaría uno de los mayores detrimentos patrimoniales en la historia de Colombia.
María Victoria Vargas del Partido Liberal invitó a la alcaldesa Claudia López y al presidente Gustavo Petro a bajase del ring y parar la pelea del metro elevado o subterráneo.
Los que apoyan a Petro
En una acción contraofensiva al presidente del concejo, los concejales de la bancada del Pacto Histórico radicaron una carta en apoyo al presidente Petro para que el Metro sea subterráneo.
Los cabildantes Argumentan que la única posibilidad de superar la situación es modificando el sistema de movilidad, que su columna vertebral no sea Transmilenio, en cambio sí un metro pesado de alta capacidad.
Ana Teresa Bernal pidió a los bogotanos que no se dejen engañar por los defensores del metro elevado que no le conviene a la ciudad, ya que no tiene estudios terminados.
Diego Cancino de Alianza Verde respaldó la propuesta de Gustavo Petro, sosteniendo que lo que se pretende con el elevado es hacer un alimentador de Transmilenio.
Heidy Sánchez sostiene que ningún medio de comunicación va a respaldar el metro subterráneo en el primer tramo, asegurando que el interés central es defender el modelo de movilidad basado en buses que ha sido un fracaso y tortura a los capitalinos.
En sesión plenaria del Concejo se presentaron enfrentamientos verbales entre los defensores del metro elevado y del metro subterráneo.
El próximo 8 de febrero se realizará un debate de control político sobre el futuro del Metro de Bogotá.