Carlos Alvarez
Corría 1992 y recibí una llamada de propuesta de trabajo. Era de Caracol y el reto era ir a Radio Reloj, la emisora local para formar parte de un nuevo grupo periodístico, dirigido por Edgar Artunduaga (QEPD), para realizar Cómo Amaneció Bogotá y su noticieros de mediodía y noche.
Llevaba 4 años siendo el director de Noticias de Colmundo Radio Noticias. De aceptar la propuesta era pasar de tratar día a día, acompañado de un joven y esforzado grupo periodístico la realidad del país a asumir la responsabilidad de informar a una amplia audiencia local la vida de Bogotá.
Lejos estaba de imaginar que decidir pasar de dirigir un noticiero nacional e ir a trabajar a un noticiero local, modificaría para hasta el presente mi mirada de lo que profesionalmente quería hacer.
Bogotá se convirtió y lo es aún, el escenario diario de mi trabajo sin protagonismos y entendiendo que la misión es llevar en lo posible a quienes nos escuchan, la realidad de una ciudad que como capital reproduce la vida del país.
Ya son 30 años de los cuales 22 han pasado desarrollando el reto de liderar un medio independiente que ha pasado por la extinta Cadena Super y que desde hace dos lustros se transmite por Radio Red RCN.
Son muchos colegas los que han participado de esta aventura periodística y que luego en búsqueda de cumplir más sueños han partido a otros medios a hacerlos realidad. A todos ellos mi reconocimiento por ser cómplices de algo que inició como la única fuente de trabajo que decidí asumir y con el tiempo se convirtió en mi razón de vida profesional.
Quienes hayan llegado hasta estas líneas pensarán que las escribo como la antesala de un retiro luego de tantos años. Debo reconocer que lo he pensado pero cada vez que me siento frente a un micrófono siento que aún, además de ser feliz, me obliga una audiencia que me ha acompañado por el dial y se transformó en mi familia.
Pero también el devolver a esta ciudad que en estos 30 años y producto del trabajo me permitió sacar adelante unos hijos, hoy profesionales, y arribar con seguridad de vida económica a esta etapa de la vida, cuando mirar para atrás se hace mas continuamente y hacerlo hacia adelante es entender que todavía hay mucho por hacer aunque sin tanta prisa.
En estos tiempos donde parecieran imponerse las añoranzas y nostalgia (Añoralgias), no me arrepiento de haber privilegiado el trabajo de equipo sobre la búsqueda del reconocimiento personal y entonces es cuando refrendo que al final preferiré que quienes en estas diversas etapas me han acompañado, me recuerden afablemente y alguna orientación que haya podido dar les haya servido para su vida y trabajo.